Subliminal
emotividad
herida
por la continuidad
del roce
de la daga
que dosifica
el sentimiento.
¿Es un llagarse
inútilmente?
Por la belleza
de un instante
que pone el ojo
y no el tacto
plumas de ángel
cubren montañas
que nadie mira
y no habrá
quien atienda
al desnudo
que alimente
cascadas.
Si de este modo
la vida
justificara
su sacrificio.
El cansancio
que no acaba
multiplicando
su residuo
de ocio inerte
y ese especial
olor que deja
la quemazón
de los días
y esa angustia
que queda
en la negación
de las noches.
Todo me recuerda
sólo
la nada o el humo.
Y la visión
de mis sueños
predice castillos
de células muertas.
Un hedor a sangre
se estaciona
en mis sentidos.
Y no creo en el oxígeno.
Merlina de Profundiis (TDR)
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