Exhalo el humo
del último cigarrillo
y eso acabó
pero es continuo
el devenir
de mi hálito vacío
como la emanación ansiosa
de mi alma de sombra.
No sé
sin tiempo
medir la existencia
del trueno
que quiebra las venas.
Sedienta de escamas
un dolor somete
a desmembramiento
la sangre que alquilo.
Puedo rescatar
el instante puntual
de la marea milenaria
del carbón:
no es un diamante.
Ni siquiera el viento
de mis alas tiznadas
mata el cielo humoso
de mi garganta.
Extraída
de las cornisas del sueño
ecos de cavernas
arrastrándome a lo negro.
Apenas aleteo
en un vado amniótico
puerto de sonrisas
desfiguradas de muertos.
No quiero escuchar
el frío de las risas
de sus huesos chocar.
Anillo de gemidos
ciñiendo mi plumaje
y esta niebla
de ceniza suspendida
cubre el sentido
de mi espera.
Mil años para ver un brillo.
Merlina de Profundiis (TDR)